La boca del animal en la boca
Exposición individual de Jose Casas
La boca del animal en la boca
Exposición individual de Jose Casas
10 enero - 21 febrero 2025
La obra de Jose Casas (Girona, 1995) indaga sobre una reconfiguración de los elementos básicos de la pintura (tela, imprimación y material pictórico) en relación al espacio, poniendo en juego escena y escenografía. Estas obras se efectúan desde la perspectiva del tiempo atávico y el espacio del fragmento, entendidos como estados presentes que aluden a conceptos de memoria, imaginación y símbolo.
En ellas se asientan elementos procesuales que apuntan a una consciencia donde lo devastado es asímismo elemento creador. La obra es tratada mediante un hacer, deshacer y rehacer constante, bajo actividades manuales de creación y supresión, a la espera de que la imagen pictórica surja bajo una noción de hallazgo.
Se genera así una búsqueda física-psíquica explicitada en la propia obra, un estado catártico, donde lo herido se configura asímismo como elemento sanador.
*
“Mi práctica se desenvuelve en una actividad constante de hacer-deshacer-rehacer.
Parto de la relación recíproca que existe entre lo destruido y lo construido. En cómo la fortaleza y la fragilidad pueden estar íntimamente ligadas.
Asimilo la pérdida y el encuentro como parte esencial de los procesos. Lo fragmentado, lo superpuesto, o lo accidentado me permiten atender a resignificaciones que van divergiendo en nuevas direcciones.
La infancia, la muerte, el animal, o la fantasía, son temas recurrentes en mi trabajo. La jeroglífica egipcia, los emblemas renacentistas, el cine de la Nueva Ola Checa, la estatuaria funeraria Azteca, y series animadas de mi infancia, forman parte de un variado imaginario que tomo como referencia. Así mismo está influido por la observación de elementos cotidianos como formas de expansión y convergencia, grietas y oquedades, o puertas de casas derruidas o tapiadas.
Es concreta la dirección emocional a la que me dirijo, la atmósfera del paisaje al que se accede, pero no hay un objetivo, ni un punto en el que apoyarse. Es una flecha sin diana. Generándose así un lenguaje que apunta a algo concreto y difuso a su vez. Es esta búsqueda de una precisa imposibilidad del habla, la que da pie a una comunicación subyacente.”
*
Mas allá de una explicación curatorial y/o conceptual de la obra de Jose, os pedimos que la experimentéis desde lo sensitivo y que eso de paso a lo sentimental. Hablar del sentimiento respecto de un cuerpo de obra (o de una práctica entera) resulta casi anacrónico hoy en día, parece como si ya no tuviese lugar procurar esa conexión entre el arte y el espectador. Lo peculiar (esta palabra quizá es un eufemismo) de las obras en esta exposición y en general del quehacer de Jose, puede forzarse a entenderse desde un plano lingüístico, desde el concepto e incluso desde lo académico, pero creemos que esas posturas frente a una obra como la que tenemos frente a nosotros son incluso forzadas, porque la pintura que vemos, tiene una entrada directa al misterio, nos obliga a acercarnos para tratar de comprender qué es lo que estamos viendo, de manera casi jactanciosa nos incita a tocarla, es como si la propia obra supiese que su entendimiento no vendrá desde lo mental, sino de cualquier otra parte.
¿Qué es lo que vemos? Es probable que nuestra imaginación nos lleve a lugares dispares para aprehender eso que tenemos delante. Es el pavimento que se resquebraja con el paso del tiempo y las personas; es un juguete que queda inscrito en un recoveco ínfimo de nuestra memoria; es un recuerdo que no tuvimos de una cueva milenaria; es un trozo de pared que miramos cada vez que queremos encontrar una cara familiar antes de conciliar el sueño; es la piel de un animal que nos causa ternura y terror al mismo tiempo. Es una pintura, ¿lo es?
También podríamos explicar el proceso de la obra, indagar en cómo y cuánto tiempo le lleva al artista llegar a estas suertes de trampantojos del todo y la nada, pero una vez más, consideramos que la pintura, esta pintura especialmente, hoy tiene que ser un resquicio fuera del alcance de lo matemático y exacto; no podemos escribir un texto incomprensible y lleno de referencias para una obra que nosotros mismos no conseguimos entender, pero la sentimos más profundamente que cualquier otra.